Los padres deben llevar al menor con el especialista de los ojos cuando detectan alguna anomalía en uno o ambos ojos o cuando el niño se queja de alguna molestia. Si no hubiese molestias, se recomienda realizar una revisión a los 3 años, para después hacerlas una vez al año. Pese a lo que muchos creen, no es necesario que el niño ya sepa leer para ir al medico.

El menor alcanza el 100% de su agudeza visual a los cinco años, y cualquier anomalía ocular no diagnosticada a tiempo puede detener el desarrollo de la visión y dejar defectos que persistirán durante toda la vida.
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